26 de junio de 2008

Entrada N°24: "26/06/2004 - 26/06/2008"


Hace 4 años, por primera vez ví a la banda que me mueve el alma en la Provincia de Salta, siempre me tocó viajar, por haber nacido en un lugar tan alejado del centro del país, siempre viajando, siempre persiguiendo lo que quería. Y una vez me tocó verlos acá.
Recuerdo que la noche del 25, casi no dormí, me levanté a las 9 del 26, y ya empecé a prepararme, salí al centro, a encontrarme con la gente con la que iba.
Carlitos, Cecilia, Jimena y Pablito [que falleció un par de meses después :( ].
Llegamos a dónde tocaba, y la fila era larguísima, café al cognac para amortiguar el frío, como siempre, yo con algo de La Renga y algo del Centro Juventud Antoniana. Tenía un jean, dos remeras, arriba el buzo de la renga, y arriba una remera sin mangas que en la espalda decía "La Renga" con esa letra tan linda que tiene el logo, en un recuadro azul y marrón, letras blancas, y abajo tenía el escudo de Juventud.
Si alguien de Salta lee, sabrá que la primera vez tocó en el Estadio Delmi, al lado de la cancha de Central Norte, rival a morir de Juventud Antoniana, era un peligro ir así, pero igual fui.
Un par de bardeadas con la gente de jujuy que quiso jugar de local y entendió que no lo iba a hacer...
Entramos, y subió a tocar Karma Sudaca, una banda tucumana... No aguanté y ya me mandé al pogo, en la primer ronda ya tenía un poco rota la remera que tenía arriba, así que me saqué todo y andaba en cuero, dejé el buzo y las remeras a mi amigo que estaba en platea con la novia y la hermana y me fui de nuevo, sólo con la que decía "La Renga" y la llevaba en la mano.
Arrancó La Renga, no me pidan lista, ni nada, porque no recuerdo.
Me volví loco, me transformé, fui feliz...
Rebotaba, me iba atrás del campo, veía el agite, entraba, llegaba a las vallas, volvía a salir, armaba rondas, agitaba, deliraba, sonreía... todo eso por La Renga.
En una de esas que estaba adelante, lo veo a Manu Varela, y el loco me mira y le muestro la casaca y se la tiro. El loco agarró, la miró y se la puso, con el escudo para adelante, y agarró una botellita de agua, me señaló y me la tiró. La tengo guardada, la casaca se la llevó él...
Terminó el show, salí y caminé hasta mi casa, que deben ser como 25 km de ahí... pero no sentía dolor, estaba feliz. Feliz de haber sentido a la banda que me mueve los sentimientos en casa...



Mis dos recuerdos de ese día. La entrada y mi trapito viajero.

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